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5 errores que los papás cometen alrededor del agua

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5 errores que los papás cometen alrededor del agua

Estar en una alberca o en la playa puede ser sumamente divertido para los niños y para los adultos. No obstante, los lugares con agua también implican mayores riesgos y, por tanto, requieren de un mayor nivel de atención y cuidado para evitar accidentes con los niños.

Para tener un día agradable disfrutando del agua, es bueno atender a algunas recomendaciones de seguridad. En este artículo, te compartiremos algunos de los principales errores que sabemos que los papás cometen cuando están con sus hijos en albercas o en la playa, y te daremos algunos consejos para evitarlos.

Errores que los papás cometen alrededor del agua

Error #1: No enseñarles a tus hijos las medidas de seguridad de la alberca o del nado en el mar

Es muy probable que nosotros como adultos conozcamos las reglas básicas de uso de una alberca o las medidas de seguridad para nadar en el mar. Pero los niños no las conocerán si no se las enseñamos, por más evidentes que parezcan.

Si vas a nadar en un alberca, enséñales a tus hijos dónde encontrar la medida de profundidad, en qué horario está habilitada la alberca, qué objetos se pueden introducir y cuáles no. Explícales por qué es importante seguir todas estas reglas.

También menciónales que deben pensar en la seguridad de otros, y por ello deben evitar poner objetos en la orilla de la alberca o atravezarse enfrente de alguien que está nadando.

En la mayoría de las albercas hay algún cartel con las reglas del lugar. Acompáñalo para que las conozca y léanlas juntos. Así, cada vez que vayan a una alberca sabrá dónde encontrar las reglas y medidas de seguridad específicas de cada sitio.

En el caso de que vayan a nadar en el mar, también debes explicarles las medidas de seguridad. Enséñales que existen horarios donde es más peligroso nadar, que no deben meterse cuando hay marea alta y que no deben acercarse a las rocas.

Tus hijos también deben conocer la señalización de seguridad: la bandera amarilla, la bandera roja, el límite con las boyas, la ubicación de los salvavidas, los carteles que indican presencia de animales, etc.

Error #2: Observar a más de un niño a la vez

Las albercas y la playa son especialmente peligrosas cuando los papás tratan de ver a más de un niño a la vez, en especial cuando la alberca está llena de gente.

Si tienes varios hijos, intenta que mientras estén en el agua haya cuando menos un adulto por cada uno para darles supervisión adecuada. Si no tienes la posibilidad de acudir a la alberca con un adulto por cada niño, procura indicarles a tus hijos que permanezcan juntos. ¡Solo tienes un par de ojos! No puedes atender lo que sucede en dos o tres sitios a la vez.

Aun si tienes un solo hijo, procura no distraerte con otros niños o con otras personas en la alberca. En ocasiones hay situaciones muy divertidas o curiosas que captan nuestra atención, o puede ser que necesites voltear para atender algún otro asunto, pero las emergencias pueden suceder de un instante a otro. Si en algún momento tienes que centrarte una situación distinta, no te olvides de seguir echando un ojo a tus hijos para evitar accidentes.

Una estrategia útil para no perder a los niños de vista es vestirlos con colores llamativos. Así será más fácil estar al pendiente de ellos tanto dentro como fuera del agua. Busca trajes de baño que sean visibles a una distancia media y así será más fácil ubicar a tus niños de forma rápida.

Error #3: Sobreestimar las habilidades de tu niño para nadar

Un niño puede ser un buen nadador, pero cualquiera, hasta Michael Phelps, puede tener un accidente en el agua. La experiencia sí disminuye la probabilidad de accidentes, pero no la elimina.

Tu hijo puede saber nadar muy bien, pero habrá situaciones que se salgan de su control. Por ejemplo, puede ser que, mientras nada bajo el agua, alguien le estorbe a la hora querer salir a respirar. O podría chocar con alguien en la alberca y desesperarse, o resbalar.

Permanece al pendiente de tus hijos y pídeles que no se alejen demasiado, para que, en caso de ser necesario, puedas llegar rápidamente hasta donde están y auxiliarlos.

Por más hábil que sea un niño en el agua, podría meterse en problemas. Y, aunque es esencial confiar en las habilidades de nuestros hijos, siempre será mejor estar en constante atención por si fuera útil nuestra ayuda. Si nunca la necesitan, ¡mucho mejor!, pero papás precavidos valen por dos.

4. No saber nadar o no estar acompañado de alguien que sepa nadar

Hay muchos adultos que no saben nadar. Eso está bien para ellos, mientras no se obliguen a estar en una alberca profunda o en el mar. Pero cuando tienes hijos y los llevas al agua, aunque ellos sepan nadar, es importante que tú o un adulto que te acompañe sí sepan hacerlo.

No es necesario nadar todo el tiempo con ellos o que seas un experto en los estilos de natación, pero sí debes tener las habilidades suficientes, como saber desplazarte en el agua y flotar, para sacar a alguien de la alberca en caso de una emergencia.

Si tú no sabes nadar, nuestra primera recomendación es que te metas a una escuela de natación (¡puedes entrar con nosotros a Club Cañada! :D). Pero si tu viaje está próximo y no crees poder aprender en tan poco tiempo, pídele a alguien cercano que te acompañe.

Si no sabes nadar también puedes permanecer con tus hijos en el chapoteadero o en la parte alta de la alberca, pero eso no evita que uno de los niños pueda caerse a una alberca profunda por causa de un resbalón. Si no sabes nadar y no estás acompañado de alguien que sí sepa, procura ir al agua solo cuando haya gente que pueda ayudarlos en caso de que suceda una emergencia.

Error #5: Ser inconsciente de los alrededores

Hay veces que no consideramos los peligros en el agua porque no estamos nadando. Pero es importante permanecer siempre al tanto de los alrededores.

En ocasiones, los niños corren o juegan a esconderse en espacios que podrían ser peligrosos. Así es como han sucedido múltiples accidentes en albercas de vecinos, casas de campo o en fuentes dentro de centros comerciales.

Si está dentro de tus posibilidades, bloquea los accesos al área acuática mientras no haya adultos en ella, y evita de cualquier forma que tus hijos estén solos en la zona cercana. Si no puedes bloquearlos porque se trata de un lugar público, simplemente no despegues los ojos de tus hijos.

Aunque no planees nadar, siempre debes ser consciente de los espacios en los que frecuentas, para que, en caso de que los niños corran y jueguen, no estén en peligro de ahogarse tras caer por accidente en el agua.


Jugar en el agua puede ser una experiencia muy divertida y una buena forma de hacer ejercicio. ¡Tanto tú como tus hijos disfrutarán más del agua si conocen y practican las precauciones de seguridad!

Si quieres que tus hijos aprendan más sobre medidas de seguridad, y que tengan las bases para salvar su propia vida en el agua, ¡asiste a nuestra escuela de natación! Enseñamos a nadar a niños desde 3 meses de edad.

¡O también puedes tomar clases tú! Te dejamos más información aquí abajo:

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29 - mayo - 2015

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