La natación es una actividad increíble para el desarrollo físico y emocional de los niños, pero no siempre el inicio es fácil. De hecho, muchos papás se preguntan qué hacer si mi hijo se resiste a entrar al agua en clase de natación, especialmente cuando enfrentan llanto, miedo o negativa rotunda.
Si esto te ocurre, no estás solo. La resistencia al agua es algo común, especialmente en edades tempranas, y puede manejarse con paciencia, comprensión y algunas estrategias clave.
El rechazo o miedo al agua puede tener distintas causas:
El primer paso es reconocer que este miedo es totalmente normal y que forma parte del proceso.

Aquí te compartimos algunas estrategias que suelen funcionar muy bien:
1. Mantén una actitud tranquila y positiva
Los niños perciben la energía de los adultos. Si te mantienes calmado, sonriente y confiado, tu hijo se sentirá más seguro.
2. No lo obligues a entrar a la fuerza
Forzar a un niño a entrar al agua cuando no está listo puede generar rechazo aún mayor. El proceso debe ser gradual y respetuoso.
3. Empieza por el juego fuera del agua
Permítele sentarse en la orilla, tocar el agua con las manos o jugar con un juguete flotante. Poco a poco irá asociando la alberca con algo positivo.
4. Utiliza objetos que le den confianza
Juguetes flotantes, pelotas o cubetas pueden hacer que el agua se sienta menos amenazante y más divertida.
5. Acompáñalo dentro del agua
En clases para niños pequeños, como las de estimulación acuática, mamá o papá suelen estar dentro del agua. Esa presencia física reduce el miedo.
6. Habla con el instructor
Los instructores están capacitados para manejar estas situaciones. Ellos saben cuándo acercarse, cuándo dar espacio y cómo integrar al niño al ritmo adecuado.
Si tu hijo aún se resiste mucho, puedes preparar el terreno desde casa:
¿Y si llora durante la clase?
Es común que algunos niños lloren las primeras clases y aun así logren avanzar. No siempre significa que debas retirar al niño, pero sí requiere observación.
Si el llanto es leve: Puede tratarse de adaptación. Dale espacio y tiempo.
Si el llanto es intenso y constante: Habla con el instructor. Tal vez se necesite un proceso más gradual o una clase acompañada al inicio.
Si te preguntas qué hacer si tu hijo se resiste a entrar al agua en clase de natación, recuerda que el miedo inicial es parte del camino, no una barrera definitiva. Con paciencia, juego, compañía y profesionales capacitados, los niños pueden transformar ese miedo en confianza y alegría.
En Club Cañada, contamos con instructores especializados en trabajar con bebés y niños pequeños, siempre respetando su ritmo, fomentando el vínculo con mamá o papá, y haciendo del agua un lugar seguro y emocionante.
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