El éxito en la natación no depende solo del entrenamiento en el agua. También necesitas un buen menú para nadadores que te ayude a rendir al máximo, recuperarte más rápido y mantenerte saludable.
Lo que comes antes y después de nadar marca la diferencia en tu energía, resistencia y confianza dentro de la alberca.
En este artículo te contamos cómo debe alimentarse un nadador, qué comer antes y después de nadar. También cómo preparar tu dieta en días de competencia y qué recomendaciones generales seguir para mantenerte fuerte y saludable.
La natación es un deporte de resistencia que involucra grandes grupos musculares y sesiones prolongadas. Eso significa que necesitas una alimentación estratégica que te permita mantener energía estable, recuperarte bien y prevenir el desgaste físico.
Los pilares de un buen menú son:
Un nutricionista deportivo puede ayudarte a diseñar un plan personalizado según tu edad, nivel y tipo de entrenamiento.
Sin embargo, todos los nadadores pueden mejorar su rendimiento si incorporan estos principios básicos y los aplican con constancia en su día a día.
La comida previa a una sesión de entrenamiento debe ser ligera, fácil de digerir y rica en carbohidratos. El objetivo es tener energía disponible sin sentirte pesado ni incómodo en el agua.
Aquí lo ideal es una comida completa, balanceada y que combine carbohidratos con una porción moderada de proteínas:
👉 Estos platillos son fáciles de digerir, llenan los depósitos de glucógeno y proporcionan energía estable.
Si tu entrenamiento está muy cerca, lo mejor son snacks ligeros que se digieran rápido:
Este tipo de colaciones dan un “empuje” rápido de energía sin pesadez.
Nunca olvides beber agua antes de entrar a la alberca. Si tu entrenamiento será largo o muy exigente, una bebida isotónica ligera puede ayudarte a mantener un buen equilibrio de electrolitos.
Comer adecuadamente antes de nadar proporciona energía y evita que te sientas cansado o con calambres durante el entrenamiento.
Después del ejercicio, tu cuerpo necesita recuperar lo perdido. La alimentación post-entrenamiento es clave para reconstruir los músculos y recargar energía. Lo ideal es comer dentro de la primera hora después de salir del agua, cuando tu organismo aprovecha mejor los nutrientes.
Algunas opciones prácticas y nutritivas son:
Si saltas esta comida, aumentas tu riesgo de lesión y retrasas tu progreso en la alberca.
El día de una competición de natación tu alimentación debe estar perfectamente planeada.
Aquí los tiempos y la calidad de los alimentos son fundamentales para que llegues con energía suficiente, sin molestias digestivas y con confianza en tu rendimiento.
La cena es clave para llenar los depósitos de glucógeno y asegurar energía al día siguiente:
Evita comidas grasosas, muy condimentadas o picantes, ya que pueden afectar tu digestión.
Debe ser rico en carbohidratos y de fácil digestión:
La idea es mantener la energía sin sentir pesadez. Opta por snacks ligeros como:
La hidratación es tan importante como la comida. Bebe agua antes y después de cada prueba. En competencias largas o con calor, incluye una bebida isotónica para reponer electrolitos y mantenerte en equilibrio.
La estrategia es sencilla: no experimentar con alimentos nuevos y mantener una dieta que proporcione energía sostenida para rendir al máximo. Comer lo que ya conoces evita malestares y te da seguridad en cada salida al agua.
Además de seguir un buen menú para nadadores, hay reglas básicas que no debes olvidar:
La constancia en tu alimentación es tan importante como la constancia en la alberca.
La natación es un deporte completo que combina fuerza, resistencia y coordinación. Para disfrutarla al máximo, necesitas cuidar lo que comes y cómo entrenas.
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Principalmente hidratos de carbono (pasta, arroz, pan integral), proteínas magras (pollo, pescado, huevo), frutas, verduras y grasas saludables.
Depende de cada caso. Algunos usan batidos de proteína o bebidas isotónicas, pero siempre es mejor consultar a un nutricionista deportivo.
Sí. Los hidratos de carbono son la fuente principal de energía para este deporte de resistencia. Ayudan a mantener los depósitos de glucógeno llenos y evitan fatiga durante el entrenamiento.
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