Psicomotricidad en niños de dos

a tres años: Cómo desarrollarla

22 - 08 - 2025

Entre los 31 y 36 meses, los niños viven un momento clave en su desarrollo psicomotor. Ya tienen más fuerza, equilibrio y coordinación, lo que les permite moverse con mayor seguridad y confianza.  Por esta razón, impulsar la psicomotricidad en los niños de dos años y hasta los 3, es clave. 

¿Por qué es importante la psicomotricidad a esta edad?

La psicomotricidad es la conexión entre mente y cuerpo. A través del movimiento, los niños aprenden a conocer su entorno, a expresarse y a relacionarse.

Entre los 2 y 3 años:

  • Mejoran su control postural.
  • Desarrollan la fuerza en piernas y brazos.
  • Afianzan la coordinación entre brazos, piernas y mirada.
  • Ganan confianza en sus habilidades motoras.

Todo esto les prepara para retos más complejos como correr, saltar, trepar y nadar con mayor independencia.

El agua como entorno ideal

Un niño de alrededor de dos años, nadando abajo del agua

El medio acuático potencia la psicomotricidad porque permite movimientos más libres y sin impacto. Además:

  • Estimula el equilibrio y la orientación espacial.
  • Refuerza la seguridad al explorar nuevas posiciones.
  • Favorece la coordinación al sincronizar brazos y piernas.
  • Desarrolla la creatividad a través del juego libre.

Un niño que juega y aprende en el agua no solo gana destrezas físicas, también refuerza su autoestima y confianza.

Actividades que acompañan este desarrollo

Algunas dinámicas sencillas hacen que el aprendizaje sea más divertido:

  • Tablas de natación para fortalecer piernas y brazos con pataleo.
  • Aros flotantes o sumergibles que ayudan a mejorar equilibrio y coordinación.
  • Pelotas o juegos de puntería para estimular la precisión y la coordinación ojo-mano.

Más allá del juego, cada actividad es una oportunidad para fortalecer músculos, perfeccionar movimientos y estimular los sentidos.

Beneficios a largo plazo

La psicomotricidad trabajada en el agua se refleja también fuera de ella. Los niños que pasan por este tipo de estimulación:

  • Tienen mayor control corporal.
  • Desarrollan destrezas finas y gruesas con más facilidad.
  • Se adaptan mejor a nuevos aprendizajes.
  • Disfrutan del movimiento con confianza y seguridad.

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En resumen, estimular la psicomotricidad en niños de 31 a 36 meses en el agua les brinda beneficios que trascienden el juego: fuerza, equilibrio, coordinación y confianza. Cada experiencia acuática fortalece su desarrollo físico, emocional y social.

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