¿Qué hacer si mi hijo

no quiere meterse al agua?

29 - 05 - 2025

Es normal que algunos niños no se sientan cómodos al entrar al agua, sobre todo si es su primera experiencia en una alberca. Y si te preguntas qué hacer si mi hijo no quiere meterse al agua, no estás solo. Es una situación más común de lo que parece y tiene solución.

Lo importante es acompañarlos con paciencia, empatía y algunas estrategias que pueden marcar la diferencia.

Entiende que el miedo es parte del proceso

El rechazo al agua puede tener muchas causas: temor a lo desconocido, experiencias pasadas, ruidos fuertes o simplemente una etapa de desarrollo. 

No hay que forzarlos ni minimizar lo que sienten. En lugar de decir “no pasa nada” o “ya deberías poder”, valida sus emociones: “entiendo que te sientas incómodo” o “vamos a ir paso a paso”.

Empieza con experiencias positivas fuera del agua

Una buena estrategia es crear momentos agradables en entornos acuáticos sin necesidad de nadar. Puedes jugar con ellos cerca de la alberca, mojar los pies, lanzar juguetes al agua o incluso ver videos divertidos de niños nadando. 

Esto ayuda a que el agua deje de ser algo intimidante y se convierta en parte del juego.

No lo compares con otros niños

Evita frases como “mira, los demás ya están nadando” o “tu hermana no lloraba cuando tenía tu edad”. Cada niño tiene su propio ritmo y comparar solo aumenta la presión. 

En cambio, reconoce sus avances, por pequeños que sean: si hoy se mojó las manos o se sentó en la orilla, ¡ya es un logro!

Involúcrate sin presionar

A veces, la presencia tranquila de mamá o papá puede dar seguridad. Si está permitido, puedes entrar al agua con él o quedarte cerca observando sin intervenir demasiado. 

Tu actitud transmite confianza. Si tú estás relajado, es más probable que él también lo esté.

Usa el juego como herramienta

Un padre que se pregunta qué hacer si mi hijo no quiere meterse al agua, y ayudando a su hija a meterse a una alberca, jugando

El juego es el lenguaje natural de los niños. Globos, juguetes flotantes, canciones, burbujas… Todo suma. 

A través del juego, el agua deja de ser un entorno rígido y se convierte en un espacio para explorar con libertad. 

Muchos instructores utilizan estas dinámicas en clases de natación infantil justamente por eso.

Establece rutinas claras y constantes

Si tu hijo asiste a clases, es importante que lo haga de forma regular. La constancia genera confianza. Cuanto más tiempo pasa entre una clase y otra, más se interrumpe el proceso de adaptación. 

Aunque al principio no se meta al agua, acudir a la clase, ver a sus compañeros y estar presente forma parte del avance.

Acepta que puede tomar tiempo

Superar el miedo al agua no es algo que suceda de un día para otro. Habrá días buenos y otros en los que dé un paso atrás. Ten paciencia y confía. 

Lo importante es no rendirse ni dejar de asistir. Poco a poco, su confianza crecerá.

En Club Cañada, lo acompañamos paso a paso

Un niño sumergido en la alberca, haciendo una señal de confianza

En Club Cañada, sabemos qué hacer si tu hijo no quiere meterse al agua. Nuestros instructores están capacitados para guiar a cada niño desde el respeto y el juego, creando un ambiente en el que se sientan seguros y motivados.

Aquí no se trata solo de aprender a nadar, sino de disfrutar el proceso, construir confianza y celebrar cada pequeño logro. 

Si tu hijo necesita tiempo, en Club Cañada lo tendrá. Y tú también contarás con nuestro apoyo en cada paso.

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