Dormir bien para

nadar mejor

12 - 08 - 2022

El rendimiento deportivo es la capacidad de un deportista de poner en práctica todos sus recursos bajo unas condiciones determinadas. Y en este rendimiento influyen muchos factores como la condición física, la alimentación, la salud, la personalidad, las habilidades  y técnicas. Pero dormir bien es tan importante y clave como el entrenamiento y la buena alimentación.

 

Dormir, el entrenamiento silencioso

El doctor especialista en sueño, Eduard Estivill, responsable de las unidades del sueño del Hospital Quirónsalud Vallès y Hospital Universitari General de Catalunya, asegura que para los deportistas, “el sueño es el entrenamiento silencioso”.

Y es que de acuerdo al doctor Eduard, el rendimiento deportivo se basa principalmente en el entrenamiento, pero son importantes otros factores como “la recuperación física, la preparación psicológica, la nutrición y, por supuesto, el dormir”, apunta el doctor Estivill en una nota de prensa.

En este sentido, el sueño adecuado juega un papel fundamental en el rendimiento deportivo, en la recuperación física, fisiológica y metabólica y en el estado de ánimo debido a sus efectos reparadores.

Promedio para dormir de un adulto joven es de 7,5 horas durante las noches de la semana y de 8,5 las noches de los fines de semana. Esta es la media pero la variabilidad entre distintas personas y entre noches de una misma persona es muy alta. Unos pocos duermen 5,5 horas o menos y otros pocos 9,5 horas o más.

Dormir bien para nadar mejor

¿Por qué no podemos dormir bien?

La primera causa de las deficiencias de sueño totales o parciales es dedicar poco tiempo a dormir, sacrificar horas de sueño para poder cumplir con las obligaciones y quehaceres de la vida diaria, entrenamiento, vida laboral, familiar y social. 

La comida, el estrés, el uso de dispositivos electrónicos, los horarios de los eventos deportivos, las situaciones de ansiedad y algunos otros factores pueden afectar nuestros ciclos de descanso.

Existe otro tipo de deficiencia de sueño que no es cuantitativa sino cualitativa. Se habla de sueño fragmentado, de mala calidad o poco reparador, cuando no se duerme de un tirón debido a frecuentes despertares, a veces imperceptibles, por causas como la ansiedad y la preocupación, ya sea por algún problema laboral o personal y otras causas medioambientales como ruido o luz en el dormitorio.

 

Efectos de dormir poco en el rendimiento deportivo

Considerando que una de las funciones del dormir es la restauración del cerebro y del cuerpo, podríamos pensar que más horas de entrenamiento exigen más horas de reposo. Sin embargo, las horas de sueño no son proporcionales a las horas de entrenamiento. 

Es por eso que debemos tener un control y balance en nuestras actividades diarias: trabajo, vida social y familiar, con nuestros periodos de ejercicio y entrenamientos, no sacrificando horas de sueño para poder cumplir con todas las obligaciones. 

Si bien, no somos atletas de alto rendimiento si buscamos un bienestar físico realizando algún deporte como la natación, sin embargo, esto no demerita el hecho de que también debemos cuidar nuestro hábito de dormir para poder tener el mejor rendimiento posible durante nuestra actividad física.

Algunos estudios  han detectado que los efectos negativos de la falta de sueño se producen cuando se duerme menos de 6 horas por noche y se minimizan cuando se llega a las 8 horas.

 

Recomendaciones

Para dormir más y mejor existen varias recomendaciones. En cuanto a la cantidad de sueño, la recomendación es una: Dedicar al sueño el tiempo mínimo necesario y no sacrificar horas de sueño para realizar otras actividades.

Sabemos que el ritmo de vida que llevamos puede dificultar lograrlo pero, en la medida de lo posible,  hay que intentar dormir al menos siete horas al día.

En cuanto a tener una calidad del sueño adecuada, existen unas recomendaciones que nos pueden ayudar a dormir mejor:

  • Tener una recámara  con una temperatura adecuada, cómoda, oscura y tranquila.
  • Los tapones para los oídos y los antifaces pueden ser útiles, sobre todo cuando viajamos y dormimos fuera de casa.
  • Tener una rutina de sueño constante: Acostarse y levantarse a la misma hora.
  • Evitar ver la televisión, usar el celular o realizar otras actividades que no sean dormir, en la cama.
  • Evitar la cafeína y estimulantes al menos tres horas antes de ir a dormir.
  • Acostarse al menos dos horas después de la cena.

 

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