Como padres, la seguridad de nuestros hijos es siempre una prioridad. Y aunque nadar y jugar en el agua son actividades recreativas y saludables, es crucial estar informados sobre los riesgos asociados, como el ahogamiento en seco y el ahogamiento secundario.
Estos tipos de ahogamiento pueden ocurrir después de haber salido del agua y son más comunes en los niños debido a su tamaño. En este artículo te decimos qué son, cómo prevenirlos y qué hacer si tus hijos presentan síntomas.
El ahogamiento en seco ocurre cuando un niño inhala o traga agua durante un juego brusco en la piscina o incluso mientras nada. Aunque puede afectar a los adultos, es más común en los niños.
En este tipo de ahogamiento, el agua nunca llega a los pulmones. En su lugar, provoca que la tráquea se inflame y que las cuerdas vocales entren en espasmos y colapsen, lo que dificulta la respiración.
Los síntomas del ahogamiento en seco suelen aparecer inmediatamente después del incidente e incluyen:
El ahogamiento secundario, por otro lado, ocurre cuando las vías respiratorias se mantienen abiertas y permiten que el agua entre directamente en los pulmones.
Cuando entra el agua en los pulmones, se acumula y causa una condición llamada edema pulmonar.
Los síntomas son similares a los del ahogamiento en seco y pueden comenzar más tarde, dentro de las primeras 24 horas del incidente. Estos incluyen:
Aunque ambos tipos de ahogamiento, el seco y el secundario, son raros, pueden suceder.
De acuerdo con el pediatra James Orlowski del Florida Hospital Tampa, representan entre el 1% y el 2% de todos los incidentes de ahogamiento. Esto resalta la importancia de mantenerse vigilantes y preparados para reconocer y responder a estos síntomas.
Si tu hijo muestra signos de ahogamiento en seco o ahogamiento secundario, busca ayuda médica de inmediato.
De acuerdo con el Dr. Mark Reiter, ex presidente de la Academia Americana de Medicina de Emergencia, los síntomas leves pueden mejorar con el tiempo. Sin embargo, es crucial consultar a un especialista para descartar complicaciones.
La vigilancia durante las 24 horas posteriores al incidente es esencial para asegurar la recuperación completa.
En el hospital, tu hijo recibirá atención de apoyo. Lo primero que harán los médicos es asegurar que sus vías respiratorias estén despejadas y controlarán sus niveles de oxígeno.
Por otro lado, si presenta dificultad para respirar, es probable que los médicos utilicen temporalmente un tubo de respiración artificial.
El Dr. Raymond Pitetti, director médico asociado del departamento de emergencias en el Children’s Hospital de Pittsburgh, señala que una radiografía de tórax y otros estudios son necesarios para evaluar la condición de tu hijo .
La prevención es clave para evitar estos peligros. Inscribir a tus hijos en clases de natación, como las que ofrecemos en Club Cañada, puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
En Club Cañada nos enfocamos en el desarrollo de habilidades de seguridad acuática para niños. Por ello, desde las primeras clases, nos aseguramos de que los niños y bebés aprendan a flotar, para prevenir accidentes.
Estar informados sobre el ahogamiento en seco y el ahogamiento secundario es esencial para la seguridad de nuestros hijos. Conocer los síntomas y saber cómo actuar puede marcar la diferencia.
Si tienes más inquietudes o necesitas más información, no dudes en consultar a un especialista médico.
Por último, nada mejor para prevenir este tipo de ahogamientos que enseñarle a tus hijos a nadar. Agenda hoy mismo una clase de natación gratuita de muestra en alguna de nuestras 7 sucursales de la Ciudad de México. ¡Te esperamos!