Seguramente esta escena la has visto en alguna clase de natación para bebés; los pequeños lloran en la alberca a gritos porque no quieren meterse al agua. No es culpa de ese niño, o de su papá o incluso del profesor. Llorar es una reacción natural en algunos casos. Y también es una situación que puede ser superada cuando sabes por qué está llorando en la alberca el niño y qué resultado quieres lograr.
Club Cañada es una escuela de natación para bebés con 20 años de experiencia; por lo que hemos enseñado natación por casi dos décadas a niños de todas las edades. Estamos acostumbrados a que algunos niños no se sientan tan cómodos al principio. Utilizamos ese conocimiento para capacitar a nuestros profesores y que sepan cómo resolver el llanto en las clases de natación para bebés.
Nosotros ubicamos 5 razones básicas de por qué los pequeños lloran en las clases de natación para bebés:
Esta es una reacción muy natural y en realidad puede ser algo bueno, porque el bebé tendrá más cuidado y prestará más atención. Si tu hijo nunca ha estado en las clases de natación para bebés, se sentirá asustado; pero conforme más experiencia tenga, esta preocupación irá desapareciendo.
¿Cómo lo identificamos? El niño normalmente cambia la vista del agua hacia otro lado. Se le ve angustiado y se resiste a entrar a la alberca.
El llanto es una forma infalible para que un niño consiga que los padres hagan lo que él quiere. A los 10 meses, algunos niños han aprendido a llorar deliberadamente para estimular una respuesta del padre. Intenta que su padre lo saque de la situación incómoda, y en este caso, la “situación incómoda” son las clases de natación para bebés. No es un mal comportamiento; los niños evolucionaron pidiendo atención como una herramienta de supervivencia, pero en este caso esta herramienta mal dirigida.
¿Cómo lo identificamos? Se puede ver cuando un niño busca mucho al padre o madre, no deja de mirarlo y se enfoca principalmente en él.
Los niños a menudo tienen sus propios planes y cuando no se salen con la suya, lloran. A menudo esto sucede durante las clases de natación para bebés (ya sea por frustración o como una táctica para llamar la atención).
¿Cómo lo identificamos? Esto puede manifestarse como enojo, desdén o llorando ocasionalmente. La imagen de un niño con los brazos cruzados y mirando hacia otro lado es muy típica de este comportamiento.
Llorar en este caso también es un instinto natural de autoprotección en los niños, pero una vez más, un instinto que puede perjudicarlos más que ayudarlos.
¿Cómo lo identificamos? El niño llora mientras mira a su instructor o a las personas cercanas y busca con la mirada a los papás.
Las albercas están llenas de personas extrañas, sonidos y sensaciones. Los ecos, el agua en los ojos, las variaciones de temperatura, las luces reflectantes, todo esto puede ser un desencadenante. Los niños más pequeños son los más propensos para experimentar una sobrecarga sensorial, tanto en las clases de natación para bebés, como en otras actividades similares. Algunos niños nunca tienen este problema, otros sólo a veces, cuando se combina con hambre o cansancio; y algunos otros son muy sensibles a los estímulos.
¿Cómo lo identificamos? Podría parecer que ha llorado sin motivo, pero también suele suceder después de recibir un estímulo importante.
El elemento más importante cuando se trata con un niño que está llorando es aceptar que esto está bien y elegir responder tranquilamente más que reaccionar con enojo o desesperación. Los papás deben saber que esto pasa todo el tiempo, y no debe haber ninguna vergüenza en que los niños lloren cuando son nuevos en las clases de natación para bebés. Es natural.
Nuestro acercamiento a la enseñanza de la natación comienza en llevar a los niños a un lugar donde se puedan reír. La risa indica que el ambiente para aprender está listo. Cuando los niños lloran en la alberca, solamente necesitamos usar diferentes herramientas para solucionarlo, estas pueden incluir:
• Dejar que el niño mire cómo los otros alumnos están disfrutando el agua.
• Ofrecer tranquilidad, darle al niño una pequeña tarea que pueda realizar y recompensarlo con mucha alegría.
• Jugar un poco con el niño para que se relaje y olvide su malestar.
• Inhibir lo más posible las fuentes específicas de ansiedad cuando sea posible (como intentar una clase en un momento más tranquilo).
Cuando ocurre el llanto, los padres y los instructores deben trabajar juntos en un intento de diagnosticar qué es o qué está causando el llanto, para luego trabajar juntos en planificar una solución. Esta también es la razón de por qué en la escuela de natación para bebés Club Cañada, contratamos personas maduras, amables y expertas como profesores; y los capacitamos en la enseñanza de la natación para lograr comprometerlo con cada niño al que le dan clase.
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