Autismo, ¿cómo ayuda

La natación no es solo un ejercicio para el cuerpo, también trabaja la mente, y sus beneficios van ayudando progresivamente en muchos sentidos, sobre todo para pequeños con autismo.

Esto es algo que se conoce desde hace bastantes años, muchos estudios así lo avalan, y las conclusiones de estos estudios de investigación en general arrojan beneficios no sólo a nivel físico, sino en otros contextos fuera de la piscina.

Es importante tener conocimiento sobre el espectro autista, identificar que no todas las personas diagnosticadas bajo esta condición tienen las mismas conductas y que todos viven el autismo de diversa manera.

Por esto mismo, la natación se vuelve un excelente ejercicio para esta condición.

 

Beneficios de la natación para personas con autismo

De acuerdo a la Fundación de Trastornos del Espectro Autista (ASDF), la natación puede ayudar a los niños con esta condición a mejorar el habla, la coordinación, las habilidades sociales, la autoestima y el procesamiento cognitivo.

La natación brinda una excelente oportunidad para el juego con otros participantes e interactuando a un nivel que le resulte cómodo, sin tanta presión. Algunos de los beneficios conocidos son:

• Ayuda a calmar y relajar.
• Ayuda a desarrollar la confianza en uno mismo y la autoestima: «la natación ofrece éxito sin importar el resultado».
• Disminuye la severidad de los síntomas, ayudando a desarrollar el autocontrol.
• Propiciar el relacionarse con nuevas sensaciones a nivel corporal, estimulando los sistemas de integración sensorial.
• Incrementa la motivación por realizar una actividad que le motive y le sea significativa.

Pero hay algo que también debemos entender, las familias deben tomar precauciones adicionales para evitar ahogamientos. Y es que una persona con autismo tiene ciertos comportamientos que pueden generar un accidente.

En particular, nunca deben nadar solos y deben estar supervisados ​​en todo momento, buscando clases de natación lo antes posible, como una de las actividades imperativas en su desarrollo.

Algunos de los factores que pueden generar accidentes como ahogamiento en personas con autismo son los siguientes:

• Deambular o salir disparados: Una característica de las personas con autismo es que pueden ser impulsivas y esto contribuye a que se sientan inseguras cerca del agua, sin medir o comprender las consecuencias de adentrarse en un medio acuático.
• Atracción y percepción sensorial: Se sienten atraídos por la luz brillante y el movimiento del agua y les encanta la experiencia de sentir el agua rodeando su cuerpo.
• Falta de experiencia o exposición con el agua: Este asunto se va evitando, por miedo ante los desafíos de comportamiento en el agua, o el miedo al agua, puede llevar a posponer en el tiempo las lecciones de natación.
• Falta de capacitación de monitores: como cualquier otro aprendizaje, es complicado encontrar instructores de natación con la capacitación especializada necesaria para poder enseñar a personas autistas a nadar.

Es necesario que las personas autistas aprendan a nadar, pero muchas veces nos encontramos con que los programas o escuelas no están diseñados para enseñar a personas dentro del espectro autista.  Por lo tanto es difícil que se cree afinidad natural con el agua de una manera segura y beneficiosa para ellas.

En Club Cañada tenemos abiertas nuestras puertas para todas aquellas familias que necesitan un apoyo extra para desarrollar y potencializar las habilidades de sus hijo.

 

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